Recién llegada al mundo combativo, surgida desde un movimiento espontáneo de personas a título individual y convertida en poco manos de dos semanas en un movimiento organizado, se crea la organización que pretende ser la respuesta a los cuantiosos abusos, institucionales y callejeros, sufridos en Albacete durante largo tiempo por parte de aquell@s que por su raza, orientación sexual, género o simplemente por plantear una alternativa económica y social al incipiente neoliberalismo, han sufrido represión e cuerpos bien organizados.
Nos encontramos en un contexto sociopolítico marcado por la crisis del capitalismo, en un marco de actuaciones institucionales claramente antiobreras destinadas a recortar nuestros derechos como clase trabajadora. Aquí se presenta el caldo de cultivo idóneo para las organizaciones de ultraderecha. Como hemos visto a lo largo de la historia, el fascismo pretende presentarse como la solución a los problemas de una clase social inexistente, pero que sin embargo la socialdemocracia nos ha inculcado desde bien pequeñitos, tod@s habremos oído eso desde bien pequeñitos, que no somos pobres, que somos clase media, que por meritos propios cualquiera puede cultivarse su porpia fortuna, mejorar su bienestar… Ante la amenza que supone el recorte de privilegios el fascismo actúa señalando al mñas débil como culpable, como ya hicieran los nazis culpando a os judíos de la bancarrota del Estado alemán en el contexto posterión a la I Guerra Mundial, en nuestro país, la derecha parlamentaria y los medios de comunicación preparan el terreno a las organizaciones fascistas para lanzar su discurso fácil: “los inmigrantes nos quitan el trabajo”, “alto a la invasión”. De esta manera, y con un discurso peligrosamente sencillo de asimilar para una persona corriente, un gobierno y los grandes capitalistas pueden desviar las acusaciones que sobre ellos deberían cernirse como culpables de la pobreza y la mala situación de la clase trabajadora y centrarla en los colectivos más débiles, fraccionando así a la clase trabajadora.
Es ahora, por tanto, cuando se requiere de una respuesta contundente contra el auge del neofascismo, necesitamos la unidad de l@s antifascistas en un movimiento organizado, así como de las organizaciones en cuyo programa entiendan esta lucha como suya. Es necesaria la repulsa y rechazo ante acciones discriminatoria contra las personas, contra la represión del Estado, y sobre todo, la información en las calles, en los centros sociales, en nuestros barrios, en centros de trabajo, centros de estudio, etc, haciendo ver la existencia de un problema tan grave y al cuál los medios y las instituciones miran hacia otro lado, mientras reprimen colectivos anticapitalistas ¿ por qué será?.
Desde el inicio de los 90 se han producido varios millares de agresiones protagonizadas por bandas racistas y grupos neonazis, con varios miles de víctimas agredidas y más de medio centenar de asesinatos. En las calles, cuando están estos grupos, quedan suspendidos los derechos de la ciudadanía.
CONTRA EL FASCISMO, NI UN PASO ATRÁS
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