La resaca de la Jornada Mundial de la Juventud nos ha dejado imágenes y guías espirituales, en lo que parece ser el advenimiento de una larga “noche de cristales rotos” cuando los de azul vuelvan a gobernarnos. El arzobispo de Madrid, siempre elocuente, siempre de derechas, Antonio María Rouco Valera, arengaba a los jóvenes sobre los martirios sufridos por la iglesia católica durante la Guerra Civil (Diario El Público, 26.8.11, p. 38 de la edición impresa), en un claro ejemplo de adoctrinamiento católico, donde quedan nítidamente separados los unos de los otros. Ni que decir tiene que la guía de la JMJ nada dice de los otros mártires, también religiosos, pero vascos y algún que otro franciscano capuchino asesinado de un pistolezado junto a su crucifijo, como ha puesto en evidencia la exhumación de la fosa común en Gumiel (Burgos). Y es que los muertos, setenta años después, parace que siguen teniendo el mismo color. Así está el patio, y el país a nivel general. Aquellos que reiteradamente nos recuerdan que debemos "de pasar página", "cerrar heridas", "olvidar", se convierten una vez más en abanderados del fundamentalismo religioso, fomentando con saña el odio y recordando a los suyos, porque los otros, son la anti-España.
Pero, ¿qué pasa en Porcuna?. A nivel local, tampoco nos faltan el adoctrinamiento, por un lado religioso, de manos del que fuese cura párroco de Porcuna, Antonio Aranda Calvo, que aprovechando el programa de festejos de la "Romería de Agosto" en honor a nuestra orweliana Virgen de Alharilla, nos recuerda el caso de seis paisanos religiosos asesinados por los "sin Dios" durante la contienda incívica bajo el sugerente título de "Seis sacerdotes de Porcuna. Testigos de Dios" (Programa de Festejos de la Romería de Agosto, 2011). Trataremos como se debe este artículo folletinesco en una próxima entrada, porque el bueno de Aranda, está sembrando vientos, en vez de precicar la paz, la piedad y el perdón. Y puestos a inventar, tras la resaca mariana estival, nos viene de otro lado, el adoctrinamiento desde la erudición, de manos de nuestro siempre querido cronista local, que en un alarde sin precedentes, pendón en mano, y ajeno a las críticas, nos narra con vehemencia los "Símbolos de Porcuna", que no dejan de ser colores, como los del arco iris, en este caso el blanco, el violeta y el verde. O lo que es lo mismo, nuestra bandera, porque para aquellos que no lo sepan, Porcuna cuenta desde hace unos meses con una insignia propia que "representan", -en palabras de Antonio Recuerda Burgos, "el pasado y presente porcunés, el matiz BLANCO nos recuerda nuestro pasado Calatravo forjador de nuestra identidad, el VIOLETA, nuestra pertenencia al Reino de Jaén y al rey San Fernando que nos volvió a territorio cristiano (sic) y a la civilización occidental (¿?), y el VERDE a nuestro pasado islámico y nuestra pertenencia a Andalucía, además de representar nuestro presente centrado en el olivar y su tesoro, el aceite". ¡Ahora, por fin!, hacemos bueno el dicho: "Porcuna, todos a una!!!". Morado por fuera, blanco por dentro y verde que te quiero verde, como el pimiento, antes de ser metido por un tío en una lata. ¡Esa es nuestra seña de identidad, con la que cualquier porcunés (que no porcunense) debe sentirse orgulloso, ufano y mártir. Y así se escribe la historia, sobre las cenizas cervantinas de la novela caballeresca; olvidando como siempre, a la clase sociales que verdaderamente hicieron la Historia.
- Sigue leyendo en el blog de donde se ha extractado la noticia: http://todoslosnombresdeporcuna.blogspot.com/2011/08/porcunenses-deportados-campos-de.html
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