Como cada 2 de enero, Granada ha vuelto a ser hoy lugar de peregrinación de cientos de fascistas llegados desde todos los puntos de España, con la complicidad de unas autoridades que siguen sin querer entender que la ciudadanía granadina hace ya años que no siente el menor interés por la celebración de esta “fiesta”, una fiesta que divide a los granadinos, y de la cual se han apropiado grupos fascistas de todo el estado para convertirla en un homenaje y una reivindicación de su propia ideología racista, totalitaria y excluyente.
Como es habitual también, las calles del centro de Granada han acogido todos los actos encuadrados en la celebración de este día con total indiferencia, e incluso la propia prensa burguesa de la ciudad no ha tenido más remedio que reconocer la escasa presencia de personas en las calles, una fiesta que está en plena decadencia y que de no ser por la polémica que desata, y la afluencia de esos grupos fascistas llegados desde toda España, no arrastraría a más de un centenar de personas a las calles.
El pueblo granadino ha vuelto a demostrar, una vez más, que no se identifica con esta fiesta excluyente, racista y totalmente anacrónica, y que para nada es esta una fiesta con arraigo popular alguno, como sí puede serlo la semana santa, el Corpus, o las cruces de Mayo.
Solo los fascistas llegados de fuera de Granada y una pequeña parte de la población más reaccionaria y conservadora de la ciudad, celebran la fiesta. Una fiesta que mezcla la simbología militar y religiosa con las loas a las esencias de la “España eterna”, y que, por ello, es tan del agrado del fascismo, y de los sectores más conservadores y reaccionarios de la sociedad granadina.
Frente a todo ello, como no podía ser de otra manera, han vuelto a manifestarse también quienes creen que una fiesta así no puede mantenerse en la ciudad ni un segundo más, así como que la apología del genocidio no puede ser motivo de fiesta. El “No al fascismo, No al racismo, No a la Toma”, ha vuelto a llenar la Plaza del Carmen de orgullo y dignidad: cívica, andaluza y antifascista.
Acompañados de pitos y silbatos, los manifestantes han hecho sonar su voz con fuerza en la Plaza, gritando sus consignas contra la celebración de esta fiesta, contra la exaltación del genocidio, y contra el fascismo. Entre ellos, este año estaba presente el Parlamentario andaluz Juan Manuel Sánchez Gordillo, así como el Portavoz nacional del SAT Diego Cañamero
Al otro lado, cientos de fascistas aireaban sus banderas franquistas, lanzaban sus gritos xenófobos e islamófobos, e insultaban a quienes se oponen a todo ello. Un espectáculo bochornoso impropio de ser exhibido públicamente en cualquier estado que se diga democrático, pero que en el estado español tiene, parece ser, puertas abiertas y vía libre para ser desarrollado y mostrado impunemente.
De parte de los manifestantes antifascistas, y pese a que varias personas han tratado de provocar al grupo, infiltrándose entre ellos, y gritando consignas a favor de la Toma, no se ha producido ningún incidente significativo. En el otro lado, en cambio, los fascistas han vuelto a demostrar el porqué esta fiesta no tiene ningún sentido, y el porqué, como avisan quienes se oponen a ella, la complicidad con el fascismo se acaba pagando caro: Donde se permite al fascismo actuar libremente, las agresiones fascistas se hacen presentes.
Esta vez le ha tocado el turno a un reportero. El periodista de la Cadena Ser, Carlos Ramiro, ha sido agredido por un fascista, el cual le ha propinado un puñetazo en la cara “por ser de la Ser”. Identificado por el material que portaba, un fascista se acercó a él y le propinó varios golpes en la cabeza que le han producido una brecha en la nariz y contusiones leves. Se lo puede agradecer al Aytmo. y a todos los defensores de esta fiesta, quienes permiten y justifican que Granada se llene de fascistas violentos cada 2 de enero. Una vez más, el fascismo hace lo que mejor sabe.
Al finalizar el acto, los manifestantes antifascistas han abandonado la Plaza de manera pacífica, con el deseo, cómo no podía ser otro modo, de que este sea el último año en que tengan que acudir a la Plaza para mostrar su rechazo a la Toma, y que para el año que viene en Granada sea fiesta el 26 de Mayo, en honor y homenaje a Mariana Pineda, heroína de la libertad, y no el 2 de enero, día en que lo único que se puede celebrar, es que, por fin, ese día no haya nada que celebrar en Granada.
Fuente: http://www.kaosenlared.net/territorios/t/andalucia.html
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